miércoles, 6 de diciembre de 2017

Eterna huida hacia adelante

El discurso del tiempo es
como intentar cambiar el curso de un río: 

imposible. 

Por eso él tiene nombre de tempestad
arrasando con todo
pero con diagnóstico estable
dentro de la taquicardia
y siendo gasolina de inspiración.

Mas recuerdo a veces
cuánto solía odiar
que a mi nunca me hubiera traído flores
de esas que te hacen pensar si sí o si no
como al subir escalones 
hasta la cuarta planta
sin morir por los rincones.

Pero es que yo…
yo nunca amé las flores
que mueren cuando se arrancan
soy más de espíritu salvaje
de diente de león
detesto lo ordinario, lo vago, lo simple
el cliché.

Y nunca pienso en sí o no
nunca en blanco o negro
sino en gris perla
en azul noche
en verde sus ojos.

Mas a veces caigo
en la eterna huida hacia delante
como Rimbaud.

La conexión y la energía fluyendo
y el sutil disciplinamiento del yo aparente
siendo conectado al yo real.

Y con origen en un planeta de anillos
y con destino a un planeta de anillos…

El discurso es imposible

(o no).

miércoles, 9 de agosto de 2017

12 minutos

Una vez tuve doce minutos:


¿dónde están ahora?

sábado, 22 de julio de 2017

Un planeta azul y un verano

"Vivimos en un planeta azul, que da vueltas a una bola de fuego, con una luna que mueve mares... 

¿Y no crees en los milagros?"

Me gusta esa manía que tenemos de sentirnos en un videoclip cada vez que pasamos más de cinco minutos juntos, obviando el qué tal estás. Hay mucha más magia detrás. Un laberinto sentimental. Como verte fumar un cigarro en el balcón, donde horas atrás hice el primer saludo al sol. "Aquellas noches sin aire acondicionado. Aquellas mañanas de café con hielo". Practicando ashtanga cada día a las ocho de la mañana, excepto en luna llena y luna nueva, cuando el cuerpo es más propenso a lesionarse. 

Sigo respirando profundo y aceptando las cosas así como son, porque así deben ser. Voy conociendo mi cuerpo y desafiando mi mente, que cada día intenta jugarmela, pero aún me gusta sentarme enfrente del libro de Fairy Tales en la biblioteca, por si algún tipo de suerte... Creo que me entiendo cada vez más y eso me quita el miedo y me lo da. 

Me gusta la cara que pones cuando te digo que esta noche hacemos lo que quieras, siempre que no sea irreversible o neurotóxico. Y me gusta que la noche siempre acabe siendo como un tatuaje invisible. A veces no me peino en tu honor (ducharme sí, porque soy una grunge un poco de mentira). 

Escribo cada vez más por mi y no de nadie, y no es por ego, es porque me quiero. Aunque no lo niego, me gusta verte fumar en el balcón y escribirte luego.

jueves, 20 de abril de 2017

20 de abril

A veces te conjugo en presente
como si fuera posible
ser un funambulista
del hilo que nos une
sin romperse
y no acabar en el suelo
confundirme con el polvo
pero ya sabes lo que dicen
el dolor es otra forma de placer
silencio
silencio
sonido de los cereales
a las seis de la mañana
y cold little heart

A veces te conjugo en pasado
y hueles a cerilla quemada
a desayuno en la Plaza de las Flores
a mi manía de llorar
tres veces por semana
despúes de echar una gota de agua
a mi cactus nuevo
-y ahora muerto-
quedarme dormida pensando que
yo no elegí quererte
ni siquiera elegí reducir mis sentimientos
a times new roman
tamaño 8
gris clarito
y no elegí tampoco
no poder ponerle
fin y huir
hambienta
huir

A veces te conjugo en futuro
y ya no existes
y tu olor no es dulce
y tu voz es áspera
y así la vida
me resulta más amable
te escribo kilómetros
casi me quedo
casi te invento
casi te lleno

20 de abril

y no del 90

¿cómo estás?

domingo, 19 de marzo de 2017

Corazones aún latiendo

Como el entusiasmo que viste ferviente en mis ojos
que se opacaba poco a poco
la llama reducida a nada
la herencia de las mariposas
que están lloviendo como en la canción
y toda la culpa es del café
que hoy me sabe a tierra agonizante
a heridas que se curan
cuando sientes otras manos
y ahora la ciudad ya es para otros
todos los bares que cerramos
han cerrado
solo quedan terrazas
donde llorar fracasos
cogerte la mano que ya no calienta
y el cuerpo que ya no quema
la vecina preguntará qué tal
pero todo está bien, ya no dudo
los corazones
aún nos laten.