viernes, 29 de abril de 2016

Eléctrica

Tengo que dejar constancia de algo: llevo dos días sin dejar de pensar en unos ojos que son verdes de verdad, y en una sonrisa que es sincera de verdad, y muy real. Llevo dos días con el corazón latiendo muy fuerte, y no es de miedo. El otro día leí por ahí que fijarse en lo inesperado es el inicio de muchas vidas, pero yo ya lo sabía.

La vida a veces, es como tirar sólo un dado y pretender que salga siete... lo bueno es que a veces sale siete. Lo bueno es que a veces te sorprende cuando ya nada puede hacerlo. Hace dos días comprendí lo que no pude comprender tiempo atrás, me sorprendí al saber que yo todavía era eléctrica, que lo que me faltaba era un enchufe. 

En cuanto al Huracán, ya no sería capaz de mover ni la hoja de un árbol. Me da pena lo que me cuentan, lo que le han visto hacer, lo que ahora pretende destrozar. Sus ojos están tristes incluso cuando sonríe y ya no hay valores que me gusten girando ahí dentro. Me dijo que una vida sin mi sería la peor de las vidas, y espero por su bien, que falle su pronóstico.

Tenía que dejar constancia de esto, porque la importancia, a lo importante.

viernes, 22 de abril de 2016

Trópico

A veces me sonríen, y no eres tú, y yo simplemente no puedo concebirlo. Llego a casa llorando, me rompo las medias como hace tiempo no hacía, con besos de labios que no saben a nada, escucho Trópico hasta morir, y creo, como Lizzy Grant, que es Marilyn mi madre, Elvis mi padre y Jesús mi mejor amigo. Y por eso le rezo desde que te fuiste, convencida de que al menos en eso dijeras la verdad, convencida de que sirve, convencida de que eres felíz. Y lloro, y me siento libre, como un astronauta pisando Marte, pero a medias, porque no puedo perdonarte esto, no puedo, aunque a ti no te importe. Y me siento sola... exactamente igual de sola que me hacías sentir cuando sí estabas.


miércoles, 20 de abril de 2016

San Francisco

Dónde está la paz
que me dabas
que ya no me causa nada
que ya no es luz en la noche
sino agonía constante
desvelo nocturno

Ya no quiero escribirte
ni tu vuelta a San Francisco
qué libertad tan plena
qué retorno a mi mundo
qué universo tan lleno.


He vuelto. Y espero quedarme.