miércoles, 3 de diciembre de 2014

Lo que aprendí

Lo que aprendí de Derecho del Trabajo no tiene mucho que ver con el Derecho del Trabajo.

Iba a quererte para siempre, y como nunca, pero he visto cómo te quieren a tiempo parcial y ganan más que yo. No te interesaban las leyes de mis caderas, sólo dormir en ellas, contarme lo nunca le habías contado a nadie, yo que tenía un contrato a jornada completa por tiempo indefinido, horas extraordinarias sin límites para momentos extraordinarios sin límites, un trabajo de los que no parece un trabajo, de los que cuando tienes que madrugar cambias el 'joder' por el 'no puedo ser más feliz', pero te cansó mi currículum en el que faltaba experiencia y sobraban ganas. La experiencia vamos a ganarla juntos, dijiste tú que tampoco sabías mucho de nada. 

Y tanto ganamos, que al final perdimos. 

Y me explotaste, y yo exploté. 

Y de tanto mojarnos se mojó el contrato, se volvió ilegible, como lo nuestro. Si es que alguna vez lo fue. ¿Que no están permitidas las relaciones amorosas entre los trabajadores?, vaya, eso también nos lo saltamos, como todo lo que no estaba permitido entre tú y yo. ¿Le parece a usted correcto hacer como si nada con la señorita que ha visto desnuda sobre su cama?

Tu me ofreciste estancia y yo dejé de pagar las rentas que me permitían vivir en tu corazón, y llegó el deshaucio, y ya no eres de colores, ni tu fachada me parece ya tan bonita, y bajó tu precio, y todo lo que sube baja, pero todo lo que baja ya no vuelve a subir, y ya no me inspiras, me cuestas horrores, y ya no te quiero. Que tú me echas, pero yo dimito, aunque no me haya atrevido a gritarlo hasta ahora, que no cabe duda de la crisis de la gestión de tu amor.

Lo que aprendí del amor... tampoco tiene mucho que ver con el amor.

lo que aprendí

domingo, 23 de noviembre de 2014

En mi camino aún hay piedras.

Por si te lo preguntas, porque siempre me lees y siempre me has leído, todo está bien, a veces leo las cosas que te escribía cuando llegó la serendipia, creo que nunca he escrito nada tan cierto, ni tan cursi, siempre paso por la calle del gato negro por si algún día me devuelve la suerte, porque ya no gano concursos, pero como en el anuncio de la lotería, a veces te toca sin jugar. La semana que viene cumplo los veinte, ¿qué mierda es ésta de dejar de ser teen?, de los diecinueve me llevo muchas cosas si me siento a pensarlo, he aprendido bastante, ya sabes, de lo que quiero y de lo que no, aunque espero equivocarme mucho a los veinte. Todavía no sé conducir, sigo manejando las verdades a mi manera, me sigo poniendo histérica en los exámenes y sigo odiando estudiar Derecho civil, me sigue gustando el té, dar besos en la nariz y me vuelvo loca de emoción cuando veo una tortuga, sigo bajando la mirada cuando algo me da vergüenza y me siguen temblando las rodillas, sigo soñando con viajar a África y ponerle a mis futuros hijos los nombres que no te gustan, sigo derramando cervezas, yendo al mismo bar y en mi camino siguen habiendo piedras, de las que no ibas a cansarte, fíjate tú, sigo teniendo idas de olla, como siempre, y me la sigo comiendo como siempre, la olla. No consigo tomarme las cosas con calma, y juro que no es por el exceso de cafeína. Creo que me rindo, ya sabes, tengo alergia a los cambios, que me aguanten así. Tú también me aguantaste mucho, gracias, supongo. Por suponer que no falte. Y por soñar menos. Lo único que ha cambiado es que ya no te quiero, que ya no quiero que vuelvas, que ya no tengo miedo a sentir, y que conseguí borrar tu número de teléfono y dejar de entrar a tus redes, todo un logro, un logro que flipas. El logro. A veces me hablan de ti, del que eres ahora, yo solo guardo silencio, porque para qué opinar de lo que no conoces, y si me preguntan por ti, por el que un día fuiste, sólo sonrío, pero tú no sabes lo que eso significa. Y me dan la razón como a una loca, que cuando estás jodida sienta de puta madre. Qué sabrán ellos, qué sabrán.

domingo, 12 de octubre de 2014

Consecuencias

No hubo ruido, pero sí consencuencias, sí sangre, sí hospitales, sí llanto, sí dramas. Y el pilar de mi vida se había ido, me había mentido, "como el que se va a comprar tabaco", me dijeron mil veces. Y la culpa es mía, por haberlo dejado entrar en mi mundo cuando la mar de a gusto estaba con mi corazón que no latía, por haber dejado que lo pisoteara a su antojo, que lo llenara todo de huellas y desastre, felicidad disfrazada de guindilla, de las que pican. Y la culpa es suya, por su forma horrible de gestionar situaciones, porque un viernes te quiero, un sábado "no lo sé" y un domingo era todo mentira. Y una mentira vale, pero dos ya no, que que se rían de mi no es algo que me planteo en mi vida. Porque ha sido el correcaminos sobre las fases del duelo que dudo que haya vivido, porque repite frases que muchas veces me dijo a mi, supongo que no se acuerda ya de nuestro inicio... Y por eso ahora no sé quién es, ni quiero saberlo. Lo que te contenta y lo que te hace feliz, ¿recuerdas?

Se fue y vino gente bonita, muchas cosas bonitas, gente que hasta entonces no había sabido valorar, ni ganas tenía de hacerlo, porque con su falsa felicidad me sobraba y me bastaba. Al fin y al cabo todos fallamos... Y yo ya no quería ser más Penélope esperando a su infiel Ulises.

Porque quiero personas que lleven la sinceridad por bandera, que no me cuenten un "era mentira" al amanecer, que valoren tanto cuanto salga de mi boca, que será siempre bastante. Que me cansan los que fallan cuando más falta hacen y los que vienen cuando no han sido llamados. Que empiece siendo un cero y acabe siendo un diez. Que lo demuestre y sea verdad. Que no rechace así a alguien que se lo da todo. Que mande a freír espárragos al miedo y sienta, y grite lo que tenga que gritar, que valore, que piense siempre en más, en sumar. Que le importe y sea cierto, que esté, sin manías ni promesas falsas. Que no haga falta creerlo, porque creerlo es inercia. Sé que existís. Ya os tengo.


¿Qué pretendo? Te diré que nada.
Que no sé nada, pero que siempre pretendo saberlo todo.
Tú excúsate en tu corazón, que yo lo hago en tu mentira.

jueves, 25 de septiembre de 2014

¿Tenía pasión?

Podrías haber sido como cualquiera, podrías no haberme hecho sentir viva, que tenía un corazón que latía, podríamos habernos no conocido nunca, y te juro que pagaría por ello si no se llevara consigo todo lo bueno, que ha sido mucho, podrías haber sido un cabrón también al principio, podríamos no habernos seguido el rollo aquel día, chico hielos, "Fueron unas horas, no llegó a un día, pero fue como si en ese momento el universo sólo existiera para que estuviéramos juntos"; y podría haberme quedado dormida hasta más tarde cada mañana y no besarme contigo en aquel sofá, y podría haber pasado la mañana del día de mi cumpleaños con cualquiera que no fueras tú, aunque las tortitas siempre serán un clásico del veintinueve de noviembre, podría no haber pasado un chico anunciando un mercadillo medieval, al que fuimos, y podríamos no haber "casi" perdido un bus para ir a la playa, a la que fuimos, podrías no haberme escrito ninguna poesía, que poesía ya eran tus ojos, o eso te escribí una vez, podríamos no haber ido nunca a aquel hotel que tenía las mejores vistas, que era tu espalda, y podríamos haber llenado aquel álbum de fotos que compré, pero que nunca viste porque era una sorpresa para cuando te recuperaras de tu garganta, y podrías no haberme regalado tu tiempo en un reloj derretido que ahora no mueve las agujas, ni podrías tener un carnet de joven eternamente. Podrías no haberme enseñado a jugar al billar, y podría no haber ido a visitarte cuando suspendiste aquel examen del coche ni haber recibido tus llamadas cuando salías de tantos que aprobaste, podrías no haber conocido a mi familia... y ojalá no lo hubieras hecho, porque tu nombre ahora está prohibido por casa.. Y también podría no haberte proclamado superhéroe, porque no es superhéroe el que te salva de la caída y luego te tira por un barranco, superhéroe de mierda. Y podría haberme desnudado frente a cualquiera aquella tarde de febrero, pero es que no quería. Porque tú si que estabas siempre por encima. Podríamos no haber tenido que darnos aquel abrazo que fue el más increíble, pero que supo a poco. Las casualidades podrían habernos dejado en paz... pero ni siquiera ahora lo hacen.

Podrías haber llamado... aunque probablemente te hubiera colgado. Podría haber llamado... aunque probablemente me hubieras colgado. Podrías haber hecho las cosas diferentes. Ojalá todo hubiera sido diferente, pero supongo que las cosas pasan como tienen que pasar, y nada podemos hacer por cambiarlo. Que juzgue el tiempo, o quien tenga que hacerlo, pero que lo haga bien.

Me quedo con lo bueno de poder decir con la cabeza bien alta que lo he dado todo, pero que habría dado incluso más, que he querido hasta no poder, que he hecho el amor con la persona que más he querido en mi vida y que he asustado al miedo, que ese sí es un gilipollas. No sé si tu podrás decir lo mismo, visto lo visto, y eso si que da más pena que gloria. Que las palabras que salen de mi boca son de verdad, al menos puedes estar seguro de eso, más que nadie nunca. Y ojalá no me hubieras tenido que comparar con nadie, porque cuando comparas, cielo... es que no es demasiado bueno, qué malo es conocerse, dicen. "No es la necesidad, sino la casualidad, la que está llena de encantos. Si el amor debe ser inolvidable, las casualidades deben volar hacia él desde el primer momento."

Y enhorabuena por haberme hecho sentir, pero ojalá no vuelvas, porque si pretende avanzar sin remar, lo siento mi Capitán, yo ya nos salvé una vez. Al amor no hay que ponerle ganas, porque ya te las pone él.

"Los griegos no escribían epitafios. Tras la muerte de uno de ellos tan sólo preguntaban: ¿tenía pasión?"

Por si lo lees, que lo dudo. 
Por si aún te importo, (permíteme dudarlo).
Por si lo quieres de prólogo.


lunes, 1 de septiembre de 2014

Tienes unos ojos preciosos.

Tengo una tía abuela que desde que soy una enana, siempre que me ve, sin excepción… me dice: “tienes unos ojos preciosos”. Y puede sonar cruel por mi parte, pero la verdad es que de pequeña odiaba con toda mi alma que aquella señora dijese eso a mis ojos marrones normales y corrientes, e incluso me resultaba hasta pesada pero yo siempre sonreía con timidez, pues no sabía por qué en lo más profundo de mi ser podía molestarme aquella cosa. El caso es que hace unas semanas fue al médico y le diagnosticaron una enfermedad bastante grave, y cuando fuimos a visitarla a casa fue la primera vez que recuerde en mi corta vida que mi tía abuela no hiciera algún comentario sobre mis ojos, y no sólo eso, si no que no sabía dónde se había metido aquella mujer dicharachera que alegraba la vida a cualquiera; eso sí, seguía teniendo la mirada feliz. 
Y de repente, no sé, como que me inundó la pena y me entraron unas ganas tremendas de llorar, y pensé en lo afortunada que soy a veces sin darme cuenta, en el por qué tengo tantísimo y sigo queriendo más y más... y que en ese momento sólo quisiera un comentario sobre mis ojos... y sobre todo pensé en lo egoísta que soy a veces al pensar que no tengo nada, que no tengo a nadie, cuando lo tengo todo. Me dio por pensar la chorrada que había sido discutir con mi madre porque quería tales zapatos, o lo mal que lo había pasado por aquel que no dio un duro por mi. 
Vaya, que va a ser verdad eso de que no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes y lo de que no es más feliz quien más tiene, sino quien menos necesita… porque ella, ya veis, que esté tan feliz con todo lo que se le viene encima… Y lo sé porque la oí reír, porque siempre está bien que le digan a uno que tiene unos ojos preciosos.

jueves, 14 de agosto de 2014

MQNN

Otra vez tengo las manos llenas de tinta, y vuelvo a oler a Chanel como en los días tristes, y grises. Las ganas de fumar por si se cumple eso que afirma la cajetilla, quizá. Manos llenas de tinta, pero nunca nada que decir. Que nadie entienda la historia, la nuestra. Ya no reconozco tus labios si no tienen marcas de mi carmín, ya no los conozco, ni se qué es esa sonrisa triste que muestra tu cara. Los “si a ti te faltan huevos, a mi me sobran”, las veces que le he gritado a papá que no era verdad, que si que me quería, los tequilas in memoriam, el beber hasta morir, pero todos tienen cara de besar mal, los "¿qué es RR?", el reloj al que le he quitado la pila, la duda y la indiferencia, el "tu no sabes que yo sé..." los “otro vendrá” y los “que no, hostia, que no quiero a otro”. Jugar con fuego y quemarte, estamparte en el tren de vuelta, el punto y aparte, nunca final. 
Vida, puede que no te entienda, puta.

miércoles, 9 de julio de 2014

Quién te lo iba a decir, ¿eh?

Que aprenderías a sonreír en los días grises, -o mejor, que te enseñarían-, que seguramente cuando das no recibas siquiera la mitad, pero ¿y qué? que me muera pudiendo decir muy alto haber dado la vida por lo que quiero y por lo que siento, que hay errores que te arreglan la existencia, que todo pasa por algo y que las serendipias existen, que la gente tóxica es a veces quien más cerca tienes, pero que es posible 'echarle huevos' y no huir, que no pierdes nada por intentarlo una vez más, y otra, y otra, y otra... que dar gracias es importante, casi tanto como dar y recibir perdón. Que no importa el fin, es el camino. Que la felicidad es contagiosa y hay quien sabe enseñarlo. Que es importante saber que necesitas de otros, pero que no siempre tienes sus palabras de consuelo. Que si te vas, ya no vengas, ya no quiero. Que sé lo que tengo, se lo que puedo dar, y donde esta el límite de mis miedos. Que puedo ofrecer más que cualquiera que te ofrezca la vida, que la mía, la doy entera. Que sí, que quién me lo iba a decir, que puedo querer más de lo que me quiero. Que todo ha cambiado, y qué bien. 

Que no hay nada que haga más feliz que disfrutar del resultado de tus actos, tras tanta duda e indecisión. Que dudar es humano, pero que yo sé lo que quiero, esa es mi convicción más profunda.

Quién me lo iba a decir.

lunes, 30 de junio de 2014

Vital.

Dame solo la espalda cuando vaya a llenarla de tinta y versos, amor. Que hace ya tiempo que sueño con hacerlo, que son ya muchas las noches en que pienso tu piel como el mejor folio del universo.

Tú déjate llevar
yo prometo llenarte

La espalda de tinta y versos
la vida
de Vida y sueños.

miércoles, 21 de mayo de 2014

Daydreaming.

Elige algo que te destroce la vida, aférrate a ello como un hambriento a un pedazo de pan. Encadénate y elige bien el grosor de tus cadenas -indestructibles-. Elige el camino difícil, el del sendero lleno de piedras. Elige las rosas marchitas, los pétalos caídos al fondo del pozo. Elige lo roto, lo sucio, lo muerto. Elige, también, algunos relojes con las agujas torcidas y quietas. Apaga la luna de una palmada. Elige no el sueño, sino el insomnio, las noches en vela, el tiempo despacio, el silencio y no el ruido. Elige la im-perfección de unos latidos, como el tic tac del reloj cuando el mundo calla. Rompe el mundo de un suspiro. Ven conmigo a vivir en el centrifugado de una lavadora, a vivir en el objetivo de una cámara de fotos cualquiera, de cualquiera, a vivir en constante adrenalina de un corazón lanzándose al vacío de un acantilado, a vivir en los dos minutos de un atardecer. Y encender la luna con un suspiro, y sentarte en el fondo del pozo a mirarla. Elige tragarte la llave del candado de las cadenas a las que te aferras. Dale cuerda al reloj con un soplo. Sueña con soñar en las noches de insomnio. Elige, eso sí, el camino dificil, haciendo equilibro sobre sus piedras... haz sangrar tus rodillas. Y revive la magia.

martes, 6 de mayo de 2014

Youth.

Veo sus pies en la ventanilla, acariciando la carretera, mi calma aparente era un partido de fútbol americano en mi cabeza en el que él era el quarterback con gorra hacia atrás del que solía decirle que tenía alma. De fondo se oían sirenas, dejando aquella ciudad atrás... y cada noche un sitio distinto, cada noche una barra de bar diferente desde la que otear el horizonte. Algún día te enseñaré el final del mar, aunque lo que busco está más allá.

Detrás de esos ojos inexpresivos, esos labios impasibles, miedo. Y nunca podremos bailar si tienes las manos ocupadas, por una cerveza que más quisiera ser más fría que yo. Siempre amé lo imposible, siempre quise volar en el agua y bucear sobre el cielo, no será difícil cavar en tierra ya revuelta. Se agarró a la poco probable pero muy aparente perfección de mis caderas, —enséñame el final del mar —dijo; entonces... entonces yo barajé la posibilidad de encadenarme siempre a esos ojos.

jueves, 1 de mayo de 2014

Un día más en el mundo.

Sobredosis de cafeína. Besos de mamá que curan males. El hurto del artículo 234 del Código Penal. Siestas y sueños raros. La profesora de mercantil quiere estrangularme. Despedidas en el aeropuerto. Ropa de verano y mente de invierno. Hoy parece que anochece más tarde. Y mi tía abuela dice que no sabe quién soy pero que me parezco mucho a alguien de su familia, que es la nariz, cree. Vamos a pedir pizza para cenar y la paz para el mundo. "Zona de simpatía obligatoria". 

Y nada de esto tiene sentido pero si de algo hay que morir ojalá lo haga de locura, o de amor, que es lo mismo. 

lunes, 14 de abril de 2014

Dos veces bueno.


No sé cómo ni cuando llegué aquí, me timaron, me bebí un bidón entero de felicidad, o es que soy gilipollas, pero si esto no es el Paraíso debe ser algo muy parecido. Tampoco sé cómo ni cuando se me cayó la armadura, eso que ahora se lleva tanto de cuánto más hijo de puta, mejor; o eso es lo que dicen vuestros actos, que a veces hablan más de lo que lo hace vuestra propia boca.

Siempre he pensado que todo lo vivo con más intensidad que el resto. Claro, que no es tan bueno como parece ser, porque lo bueno es dos veces bueno, pero lo malo es dos veces malo, y lo que crees malo dos veces más malo.


No me explico. Ya.

Supongo que una vez me hicieron daño del dos veces malo, y ahí fue cuando decidí volverme piedra, fría e incluso un poco zorra, porque claro, la armadura siempre viene con el manual de cómo ser una hija de puta de primera. Y así seguí hasta que fui conociendo un poco más de la vida, creo. Y el daño del dos veces malo me parecía ahora una soberana gilipollez que incluso me producía carcajadas, pero no me había ido mal esquivando los golpes y siempre había conseguido todo lo que había querido de todo el mundo casi sin esfuerzo alguno, porque en algún momento de mi maravillosa y calculada vida me había decidido a no dar ni sentir, y recibir si acaso, con la alarma puesta, no sea que alguien consiguiera resquebrajar la coraza.
Al final lo único que se resquebrajaba y desintegraba eran los momentos buenos de la vida, siempre latentes, pero en un segundo plano.

Y bueno, ahora es cuando viene lo del bidón de felicidad, que aparece en el momento exacto, digo yo. Porque si de algo estoy segura es que cualquier otro habría sido el exacto. Y no sabes si resignarte y soportar que te miren con cara de asco cuando vas sonriendo por la calle sin razón alguna, -a su parecer-, o simplemente intentar reconstruir una coraza convertida en cenizas. Pero lo haces, te resignas, vives. 
Y lo que vives es dos veces bueno.

miércoles, 12 de febrero de 2014

Glattīre.

Latir al unísono
latidos          mojados
una noche
de verano

piel con piel
contacto
con
tacto

besos húmedos
estrellas...
piel roja
colores

Y si el mundo me come
que sea a su lado

Que se arme de ganas
o de lo que quiera
pero que me coma
que lo haga con ansias

¿Quieres cenarme?
Joder, sí.

Latir intenso
latir
morir
re-vivir
volver a        latir



latir.
(Del lat. glattīre, dar ladridos agudos).

sábado, 25 de enero de 2014

Más que nadie nunca.

A veces nos creíamos poetas y le aullábamos a las estrellas porque la luna ya se lo creía demasiado. Y es que me miraba con cara de 'joder, que musa eres' mientras bebíamos chupitos de tequila, y yo sólo quería morirme en la autopista de su cuello. Coger un desvío, el atajo que me lleve a la ruina, que me salve de ella, vivir por y para buscar puntos débiles, porque sepáis que los tiene, y los suyos tienen forma de lunares, o forma de ombligo, no demasiado redondo, perfecto para ser mi gran debilidad. Se ganó a pulso convertirse en mi superhéroe favorito, mejor que los de Marvel, claro. ¿Que cómo ha dado trescientos sesenta grados a mi mundo? Intentad explicarmelo y yo intentaré contaros por qué no quiero saberlo, que sólo me vale tenerlo, que sólo sus besos me salvan, que sólo por él vive ésto, latiendo. Rompió el mapa que llevaba al tesoro y fue él quien me guió con los ojos cerrados. Escarbé hasta encontrar una guindilla disfrazada de corazón. Pica. Y me gusta. Quiero más...

Mira cómo nos miran. No es envidia, es rabia. ¡Que te tengo cerca!
Más que nunca nadie. Más que nadie nunca.

sábado, 11 de enero de 2014

Es verde.

Ella dice que ir despacito le da la vida, y que ir rápido se la consume, que viene del tiempo donde no había tiempo porque ni siquiera importaba el tiempo, donde hasta los árboles de hoja caduca permanecían perennes. La vida era algo sólido, sólo fluía la corriente de los ríos, caracoles paseando por sus piernas... El Cambio era la utopía impensable, los días eternos aunque siempre cegara la luz de la luna, mucho más viva. Dice que ella no sabe de cambios, que la vida le gusta más sin prisa, y que los ruidos de los coches le llenan los pulmones de Muerte. "Es verde" habrían sido sus primeras palabras si algún día alguien le hubiera enseñado a gritar, pero ahí sigue, callada y digna.