sábado, 21 de julio de 2012

Tres valientes y una cobarde.

Guardo un gran recuerdo de aquellas tardes, o de aquellas tardes que se hacían noches. También de aquella mañana... Ellos pretendían romperle la cara a mi pasado y yo no me negaba. Les dejaba continuar esa pelea, sin poner paz, pero deseando que no vencieran. Y me libraba por unas horas de mi calvario, de mi ruina, de pensar en lo que me quitaba el sueño. Me defendían de los recuerdos, pero yo nunca supe agradecerles nada. Sólo sabía jugar con unos sentimientos que no sabía si existían, pero que me daba igual. Quizá ellos también hacían lo mismo conmigo. Quizá yo también fui el juego de alguien. Sé que está mal, pero no me arrepiento, porque los juegos divierten. Y ellos más.

jueves, 12 de julio de 2012

Al final, el final.


Comienzo a escribir esto con la intención de que éstas sean mis últimas palabras dirigidas a ti. Debe ser el comienzo de algo nuevo que tú ya comenzaste hace meses. A mi se me acaban las esperanzas y las ganas de seguir... Quiero decir tanto, que hasta me cuesta escribir con coherencia. Eras en quién basaba cada uno de mis movimientos, joder. Me has hecho valorar muchas cosas que jamás habría tenido en cuenta de no haberte conocido y ahora vivo en una eterna lucha con mi pasado y con mis ganas locas e irremediables de no querer más que revivirlo, y por supuesto, no olvidarlo jamás. Éramos diferentes al resto. Sin embargo, siempre fue igual desde el principio, nunca hablábamos nada claro y con ello hicimos las cosas mucho más difíciles y graves de lo que eran. Vivíamos sin etiquetas, éramos "nosotros" y punto. Pero claro, algo que no es tuyo, no puede dolerte si lo pierdes.
Espero que me llames y me digas: "Tía, que esta chica me gusta mucho más de lo que tú lo hiciste" solo para así acabar definitivamente con esto que no nos lleva a nada.
Tu Catwoman.