jueves, 27 de octubre de 2011

Noches desastre.

Por favor, llámame. Desde que ya no estás, sólo hay noches desastre, sexo sin arte, imaginarte en cada beso que doy. Intento ver el problema de ésto, te juro que lo intento. Pero sólo veo una cegadora luz que apenas me deja ver más allá de los recuerdos. Recuerdos de una noche de verano. Vodka. Música. Más Vodka. Y tú. Tú, tan perfecto y preciso. Tan de ciencias que pareces tenerlo todo fríamente calculado, pero a mí no me engañas.
Se que esas conversaciones hasta las tantas no pueden acabar así.

miércoles, 19 de octubre de 2011

The wind-up bird chronicle.

Señor pájaro-que-da-cuerda, si te digo la verdad, o sea, toda, toda la verdad, a veces me entra un pánico terrible. Me despierto a medianoche, me siento sola, muy lejos, como a quinientos kilómetros, alejada de toda persona y de todo lugar, en las tinieblas, sin poder ver mi futuro mire hacia donde mire, y me coge tanto miedo que me entran ganas de gritar. ¿Señor pájaro-que-da-cuerda, a ti no te pasa algo parecido? En estos momentos procuro pensar que estoy unida a algo. Y enumero mentalmente, con todas mis fuerzas, los nombres de las cosas a las que estoy unida. Entre ellas, por supuesto, estás tú, señor pájaro-que-da-cuerda. Aquel callejón, aquel pozo y el árbol de caqui también lo están... Y, con la ayuda de diversas cosas pequeñas (claro que tú, señor pájaro-que-da-cuerda, no eres "una cosa pequeña", era sólo un decir), podré volver poco a poco a "este lado".

Crónica del pájaro que da cuerda al mundo (Haruki Murakami)