Tan tuya como yo.

I was me, but now he's gone.

No puedo evitar emocionarme al escucharla, y es que desprende tanta poesía como "lo nuestro".

Lujuria.

He de decirte, que te quiero un poco, que te quiero a veces.

Pero en mi cama.

Anhelar-te.

Un mensaje que al final, y como siempre, se quedó en "borradores":

¿Qué pasa si quiero volver a tenerte?

Por favor, dime que quieres volver a tener noticias mías.

Necesito saber de ti.

Hola, hace frío.

Pues aquí sigo, querido. Sin el valor de llamarte a casa, de dejarte un SMS, de ir a buscarte o de contactar contigo de cualquier manera. La verdad es que me gustaría poder hacerlo, pero mi orgullo hoy está al mando de la situación, o mi cobardía, tal vez. No... mejor mi orgullo, que queda más a lo chica mala, y sé que te gusta. La verdad es que han sido las semanas más extrañas de todo el año. Un continuo sube y baja de sentimientos, cual montaña rusa del parque de atracciones más espeluznante. Que si ahora paso de tu cara, que si ahora pienso en nuestro primer beso, que si "Marie, ¿Qué haces?, no seas tan cursi", que si te quiero matar... pero el problema es que no sé si a patadas o besos. Después de lo que ha pasado no soy capaz, ni si quiera, de encontrar la palabra más sencilla para comenzar a hablar contigo, qué se yo.. "Hola". "Hola ¿Cómo estás?". "Hola, hace frío, eh". "Hola, feliz navidad". "Hola, que... te quiero, tonto".

Hasta pronto, quizá. Ya sabes como soy de orgullosa. Aprendí del mejor. De todas formas, estás aquí, siempre estarás aquí.

Más. Mucho más.

Brindemos esta noche por la juventud.

Vuelve a decirme que tu guitarra siempre sonará para mi.
Necesito más de ti.

Lo dejaría todo.

La verdad es que no me atrevería a afirmar que ya no siento nada por él, más bien diría que es lo que me interesa creer, que ya no me importa, que ya no duele. Y lo seguiré creyendo. Pero, hablando enserio, no nos engañemos, lo dejaría todo si ahora mismo viniera corriendo y me diera un abrazo.

Es difícil cuando alguien especial te comienza a ignorar, pero es aún más difícil cuando tienes que fingir que no te importa.

Non, Je ne regrette rien.

Sábado frío. Sábado triste. Sábado de esperar llamadas que nunca llegan. Sábado de "bah, me la suda". Sábado de "¿qué coño estás haciendo Marie?", Sábado de recordar sábados. Sábado en casa. Sábado de "Non, je ne regrette rien". Sábado de estrellas. Sábado de "quiero un trago". Sábado de mil colores. Sábado de "Ah, sí, es mi teléfono". Sábado de "No me interesa-s". Sábado de pintauñas verde pasión y rojo esperanza. Sábado de "Es navidad. En navidad la gente dice la verdad". Sábado del clásico. Sábado.

Noches desastre.

Por favor, llámame. Desde que ya no estás, sólo hay noches desastre, sexo sin arte, imaginarte en cada beso que doy. Intento ver el problema de ésto, te juro que lo intento. Pero sólo veo una cegadora luz que apenas me deja ver más allá de los recuerdos. Recuerdos de una noche de verano. Vodka. Música. Más Vodka. Y tú. Tú, tan perfecto y preciso. Tan de ciencias que pareces tenerlo todo fríamente calculado, pero a mí no me engañas.

Se que esas conversaciones hasta las tantas no pueden acabar así.

The wind-up bird chronicle.

Señor pájaro-que-da-cuerda, si te digo la verdad, o sea, toda, toda la verdad, a veces me entra un pánico terrible. Me despierto a medianoche, me siento sola, muy lejos, como a quinientos kilómetros, alejada de toda persona y de todo lugar, en las tinieblas, sin poder ver mi futuro mire hacia donde mire, y me coge tanto miedo que me entran ganas de gritar. ¿Señor pájaro-que-da-cuerda, a ti no te pasa algo parecido? En estos momentos procuro pensar que estoy unida a algo. Y enumero mentalmente, con todas mis fuerzas, los nombres de las cosas a las que estoy unida. Entre ellas, por supuesto, estás tú, señor pájaro-que-da-cuerda. Aquel callejón, aquel pozo y el árbol de caqui también lo están... Y, con la ayuda de diversas cosas pequeñas (claro que tú, señor pájaro-que-da-cuerda, no eres "una cosa pequeña", era sólo un decir), podré volver poco a poco a "este lado".

Crónica del pájaro que da cuerda al mundo (Haruki Murakami)

Baila conmigo.

Entramos a un garito. No mola. Ésta música no me va. Si lo sé me quedo en casa. Pero luego te veo, al fondo. Con aquella camiseta, la que más me gusta. Te veo hablando con gente. Observo tus movimientos. No bailas nada bien, siempre te lo he dicho. De repente, de forma casi instintiva, cojo a alguien de la mano. Me pongo a bailar cerca de ti. Me ves. Te das cuenta. Dices mi nombre y me miras. Te ignoro unos segundos. Te miro y te sonrío. Me saludas y te prometo que bailaré contigo más tarde. Me voy fuera. Te quedas mirándome. Lo noto. Esas cosas se notan. Al cabo de un rato sales a buscar a tus amigos. Yo sé que no. Vienes a buscarme a mí. Me preguntas cualquier gilipollez para tener el mínimo contacto conmigo. Claro que no he visto a tus amigos, no los conozco.Vuelves dentro. Desilusionado. Al cabo de un rato entro y te veo. Baila conmigo, por fa. Nadie quiere hacerlo. Y Bailamos. Y nos reímos de lo mal que lo hacemos. Al final desistimos, nos vamos fuera otra vez. Nos sentamos y hablamos. Hablamos mucho. Como nunca antes lo habíamos hecho. Nos disculpamos por cosas del pasado. Nos damos cuenta de que somos los mismos de siempre. Alguien interrumpe nuestra conversación. ¿Tenéis fuego? No, no tenemos fuego. No fumamos, somos chicos sanos. ¿Y tu novia tampoco? No es mi novia. Me río. Me río porque me encanta. Has entendido perfectamente lo que quiero. Nada de etiquetas, dijimos. Y así es, pues. Al final te rindes, y me besas. Y me dejo llevar, porque en realidad te echaba de menos. Aunque no te lo diga. Al final estás lleno de mi Chanel Rouge Nº5. Pobrecito. El tiempo se acaba. 4.00 AM. El garito éste ya va a cerrar. Me obligas a despedirme de ti. No quiero hacerlo. Me arreglo el pelo en el espejo de la entrada. Estás muy guapa. Sonrío y te doy un beso en la mejilla. 

Creo que ha sido una de las mejores noches en mucho tiempo.

Verano.

Lo recuerdo perfectamente, como si fuese ayer. Recuerdo que pensaba que este verano jamás se acabaría. Recuerdo las noches en el paseo marítimo, mi cabeza en tu hombro, aquella noche de pintalabios rojo por tu cara, Sweet home Alabama, aunque también Nothing Else Matters, y como no, algo de Nirvana. Mi cama es mejor que la tuya, arroz con leche, tele, dormir hasta las once, "ask.fm". Mi pelo enredándose en mis pestañas por culpa del viento. Los viajes en bus, el acento andaluz, el ACHO, "Mi limón, mi limonero", las galletas con nocilla, los "Te entiendo", "El parque de atracciones y el metro de Murcia", los abrazos, las apuestas de "a ver quién consigue más besos en una noche", el colgante del colmillo verde, Highway to hell de AC/DC, nuestro baile, llorar sin saber porqué, reir sin saber porqué, brasileños que bailan en el balcón y mandan corazoncitos, las canciones de Melendi, las pulseras iguales, gente fumando en el balcón, "A chupetón with me", las "R" que no funcionan, los italianos que van a saco y te invitan a su habitación, los lloros, los "no me jodas", los chungos del centro comercial, decir los nombres con la mujer que dice los nombres en "100 Montaditos", bailar en el centro, desabrochar sujetadores, asustar a las palomas, ¡Que me roban el móvil!, las patatas de mi habitación, el aire acondicionado, el "Paracetamol", el médico que flipa con mi garganta, lo mal que lo pasé en el parque acuático, perder la llave, colarnos en el comedor, el señor que pintaba cuadros con spray, los "She likes you", los barquitos alquilados, las tertulias en el balcón, las botellas de agua que caen "accidentalmente" en mi cabeza, los comodísimos cuadrados de colores, las colas en los ordenadores, el ascensor del Galileo, hacer bandejas, llegar tarde a clase, comprar golosinas en los descansos, Permission Day, cenar en Foster Hollywood, Oceanografic, la toalla perdida, los ositos, goteras, 528, "Resacón 2: Ahora en Tailandia", los "¡Hala tú!", el ultimo día, hacer la maleta, lloros, despedidas, ganas de volver a verlos, Jaén, insomnio, piscina, llamadas a altas horas de la noche, agua congelada, la araña que le picó a mi tía, mi móvil ahogado en Fanta de limón, pintarle las uñas a Daniela, dormir la siesta, las risas con papá, ir a pescar, bañarme en el pantano, ligar con gente extraña, hormigas, jugar a las cartas, dormir, dormir, dormir, el destino, mi móvil roto, el famoso atraco por la calle, nos vamos de viaje, hotel, Almería, playa, olas que me llevan, olas que me mojan mis Converse, piedras bonitas, "Los chinitos de la suerte", mi Blackberry que no llega, las tormentas de verano, los "No me digas que tienes frío" y los "No me digas que tienes calor", hablar con el señor de Cruz Roja, hablar con el inglés, el reptil, las miradas complices, el Buffet Libre, el helado de coco, la niña de rojo, las historias de miedo, los "Have a break, have a Kit-Kat", las revistas de moda, el llavero del Indalo, la tarjeta que enciende la luz...

Éramos felices... Bendito verano.

Fin.

Ya terminaste de joderlo todo. Ya te quedaste a gusto. Pero gracias por abrirme los ojos y acabar con esto. Ahora os veo a ti a tu soledad caminando de la mano. No tendría ni que tener un poco de compasión contigo, pero por Dios, ojitos dulces, sal un rato a la calle, no te pases la tarde jugando a juegos online que no te llevan a ninguna parte. No pasa nada, cariño. Hay más peces en el mar. Y yo no soy precisamente ni el más grande ni el más bonito.

Lo siento. No se porqué lo siento. Siempre digo Lo siento. Creo que de tanto decirlo ha perdido su significado. Quizás sea que no lo siento tanto. Siéntelo tu más. Quizás lo único que sienta es ser para ti esa asquerosa que te ha dejado de lado. Pero no fue mi culpa, y lo sabes, vida.

Ahora tengo cientos de besos preparados en la comisura de mis labios.

Y no son para ti.

Verano, ven a mí.

Indiferencia.

Hoy me muestro indiferente, hoy no importas. Hoy sólo soy desorden y locura. Hoy, puedes hacer lo que te plazca. No me llames. Hoy estoy que te mato entre patadas y besos y esas cosas que solo tu odias. Hoy no entiendo nada, pero estoy harta de continuar con esta farsa. Con esta mentira. Con que sigas engañándote a ti mismo. Hoy no quiero verte. Lo siento, pero se acabó. Parece injusto, inútil e incluso increíble que yo escriba esto, pero sí. Hoy tengo fuerza para hacerlo. Hoy, mañana y siempre. O eso espero. Voy a disfrutar y a hacer lo que nunca hice.

Lo siento, no pienso joderme otro verano más por ti, monada.

Adiós.

Sobrados superficiales.

Me he cansado de los que se creen que con decirte "guapa" ya te tienen pilladísima, de los que van de sobrados superficiales. De esos que pretenden conquistarte haciéndote perdidas por no gastarse un mísero céntimo. Esos que piensan que ya te tienen y pasan de ti, esos que te llevan de la mano porque es lo que toca hacer cuando tienes novia.

Empezará, pero acabará.

Tardes interminables de bailes a tu alrededor, el calor, el roce dicen que hace el cariño, pues acércate, baila conmigo otra vez hasta las diez, pues entonces perderé mis zapatos. ¿A dónde vas? me dirás, te cabrearás, la magia se acabará, despertaré del sueño, sufriré, me enfadaré. Dime que será después de aquello... empezará pero acabará, vendrá pero se irá, lo sentiré pero me iré. Y todavía sigue pensando la gente que existe el amor… nunca lo entenderé.

Fracasos, golpes y caídas.

Tardes largas, a la sombra de la espera de una llamada, de un mensaje.
Otra vez. Una más. Una de tantas.
Sonríes. El espejo te devuelve la sonrisa. Aunque solo lo haces para saber que se siente, ya ni te acordabas.
La pelicula termina antes de saber como acaba.
Y alguien me dijo un día, que si el fin no es feliz, entonces no es el fin.
Y éste no es feliz, entonces no puede ser el fin.
Yo se que no lo es.

"Eso pensaba hace unos meses, las cosas por suerte, ya van bastante bien, y ya casi ni me acuerdo de ti, aunque dada la situación es algo difícil, pero hago lo que se puede."

Abrazada a la tristeza.

Hoy, puedo decir que no me encuentro nada bien, de hecho, me encuentro como una putísima mierda. He salido a la calle abrazada a la tristeza, como Fito dice en aquella canción. Al fin y al cabo es lo que siempre hago, salir, para que el mundo crea que estoy bien, que todo está bien y que no me pasa nada, porque para ellos soy perfecta: "Chica perfecta, con vida perfecta, familia perfecta y todo perfecto".

Lo siento, siento no poder ser como todos pensáis.

A 2000 km de mí.

Te esperé. Te esperé mucho tiempo y hubo un momento en el que pensé que no llegarías. Pero llegaste, y menos mal que llegaste. Porque en aquellos momentos echaba de menos el simple hecho de "echar de menos".

No quiero ponerme cursi (porque no lo soy), pero he de decir que me hiciste subir al cielo, y subiendo y subiendo, lleguemos hasta lo más alto para luego descender llevándonos la hostia más grande jamás vista, pero eso es otra historia.

Las cosas empezaron a complicarse, y creo que fue mi culpa, o de los dos, no lo sé, tuya por no llamarme y tontear con otras y mía por comportarme como una zorra. Sí, me comporté como tal porque no soportaba saber que estabas con otras, a 2000 km de mí, y yo no podía tenerte. Celosa tal vez... Puedes sentirte orgulloso, eres la única persona por la que he sentido celos, o más bien, por la que lo he sentido todo.

Gracias por aquella canción y por los sueños que se quedaron perdidos en "nuestra futura casa blanca con piscina", por nuestros secretos de las 20.45 PM, por las notas que me dejabas en el móvil y que luego me encontraba y sonreía instintivamente y por: -¡Hala! ¿Pero que llevas en el cuello? ¿Quien te ha hecho eso?.

Quizás esto sea lo último que te dedique, porque seguro que ya ni te pasas por aquí, pero es que... eres mi única inspiración.

Recaer.

No sé por qué coño escribo aquí todas las cosas que debería decirte a ti, pero puede que sea porque ya es tarde. No puedo plantarme delante tuyo y obligarte a que me escuches. No, ya no. No estoy en mi derecho de pedirte nada. No estaría bien. Así que a esta pantalla de ordenador, a este fondo frío de letras negras tengo que decirle, que te quiero. Y que me jode no haber podido demostrártelo, que no haya sabido hacerlo a tiempo. Porque ahora mismo estaríamos hablando por chat, diciendo cualquier tontería, estarías riendote de mí como de costumbre y te saldrían esos dos hoyuelos a cada lado de la cara que tanto me gustan. Y yo... bueno... yo apoyaría mi cabeza en tu hombro y estaría intentando no quererte más de lo que ya lo hago. Cosa casi imposible, por cierto.

(Fotos abstractas de las nuestras)

Lunes cualquiera.

Gente abrazándose, regalándose rosas rojas, peluches cursis (y horrorosos, por cierto), besándose como si el mundo fuera a acabarse, globos con forma de corazón, subida de precios porque en el calendario pone: 14 de febrero de 2011. "San Valentín."

¿La verdad? No me veo identificada con nada de ello. Para mí hoy es un día más, ni bueno, ni malo, ni peor, ni mejor que otros, simplemente... uno del montón. Sonrío cuando estoy rodeada de la gente que me quiere y si me envuelve la soledad intento silenciarla con canciones de amor que no hacen otra cosa que recordarme momentos pasados, no hacen nada más que hacer que me sienta mal por todo lo que he podido decir o hacer. Sigo pensando que eso del amor es una estafa.

Frío.

Reír, alegrarse, caer, levantar, llorar, gritar, arrepentirse, pensar, retroceder, olvidar, extrañar, sentir, pasar.

Tic-tac, Tic-tac..

¿Cuanto tiempo he de esperar?
Frío, duro invierno...

Duros momentos y buenos encuentros, tan inesperados como bonitos.

¿Y ahora qué? ¿Sólo recuerdos?

Lunes, 17 de enero de 2011. 7.43 AM.

Subes al bus en dirección al insti. Pones la musica de tu movil en aleatorio, coges los auriculares y voilà... esa canción. La que has estado evitando siempre que sonaba desde aquel día. Y sin saber muy bien porqué, la dejas sonar, y decides oirla y pensar porque era tan importante entonces. Un escalofrío recorre tu cuerpo. Y te das cuenta de que las cosas no han cambiado nada, de que sigues siendo la misma, con las mismas preocupaciones que hace más de seis meses. Te planteas el porqué te pasa esto ahora. Porque estás llorando. Porqué las cosas son tan difíciles y porqué nunca te ocurre nada bueno. Demasiadas preguntas para tan pocas soluciones.

Dejo atrás el 2010.

Y con él dejo un montón de ilusiones perdidas, bastantes sueños rotos y unos cuantos días tirados a la basura. He perdido, he caído, he llorado muchísimo y he sufrido más que ningún otro año. Pero supongo que también he aprendido de mis caídas, y a como levantarme de ellas sin ayuda. También he tenido el mejor medio año de mi vida, en el que he pensado que no podía ser más feliz. He conocido a personas maravillosas, y han salido otras que supongo que habrá una buena razón por la que no estén en mi futuro. Me he reído del miedo, y también lo he temido. Mucho. Me he dado cuenta de quiénes son las pocas personas reales de mi vida, y aquellas que no brillan.
También he sufrido por gente que no lo merecía, y he dado mucho sin recibir casi nada a cambio. He aprendido de mis errores y he tropezado una y otra vez con ellos, sabiendo que aunque no lo quiera, lo volveré a hacer. He criticado, he mentido, y he sido cruel, pero también he sido sincera, he ayudado y he sacado sonrisas. Me he encontrado a mí misma, y he sabido que dentro de nosotros hay mucho más de lo que conocemos. He reído, sonreído y llorado de la risa. Me han enseñado a ser fuerte, y me han hecho débil mientras me hacían daño. He encontrado razones por las que ser feliz, y me he dado cuenta de que solemos multiplicar nuestras tristezas y dividir nuestras alegrías. Me he enamorado, encaprichado y auto engañado. Me han demostrado mucho, poco y nada, y yo he intentado ser yo misma en todo momento, sabiendo quien soy y a quién se lo debo. He hecho cosas nuevas y he tenido días monótonos. Y sobre todo, he descubierto, y abierto los ojos hacia tantas cosas nuevas que casi me quedo ciega. Me da miedo lo rápido que pasan los años.. Aunque el 2010 quizá sea un año de esos que nunca se olvida.