Porque me apetece.

Hace nada pensaba que podría jugar contigo tal y como hice con la mayoría, que no eras nada del otro mundo, que no eras más que el típico que iba de malote por la vida, que todo le daba igual y que le sobraba hasta el aire que respiraba. No necesito quererte para ser feliz, pero soy feliz porque te quiero, porque me apetece. Verte venir hacia mí bajo la lluvia y notar tus labios sobre los míos hace que se me encoja el corazón. Me frustra que no seas nada romántico y sin embargo, consigues que me salgan los colores cuando tomas mis manos para calentarlas porque tengo frío. No sé apenas articular palabras cuando me coges de la mano para caminar, cuando aceptas ir conmigo a cualquier lugar aunque no te apetezca. Cuando meto la pata por hablar más de la cuenta y me besas.

"Me siento como si la gente quisiera que me muera porque así se cumpliría la clásica historia de rock 'n' roll"
-Kurt Cobain.

Ella se siente como una niña pequeña mientras él le rodea con sus fuertes brazos, le dice que le ama y por primera vez no siente miedo, no se plantea si realmente será verdad lo que le está diciendo pues a esas alturas ya no cabe ningún resquicio de duda. Sonríe, le besa, se entrega a él.

“Te quiero. Si no fuera cierto no estaría ahora mismo aquí. Contigo.”
Sabía que esas palabras eran ciertas, pero quizás era porque no me atrevía a pensar lo contrario. Aunque era raro. Todo era demasiado bonito como para ser cierto. He estado jodida bastante tiempo. De hecho, todavía lo estoy. Pero es que te echo de menos. Deseo aunque solo sea una tarde o unas horas contigo, y hablar…hablar como los amigos que nunca fuimos. Pero que ahora se supone que somos. Y se supone porque tú querías que lo fuéramos. Pero no me tratas como una amiga. No me tratas como nada. Y yo te necesito. Para mi esto no es fácil. No es fácil escribir esto recordando todos los momentos juntos, pero quizás así pueda desahogarme un poco.

Conciencia.

+Te está volviendo a suceder.

- Ya lo sé.

+¿Y no piensas hacer nada?

- ¿Qué sugieres que haga?

+Bueno, podrías madurar de una vez.

- Es que los adultos son demasiado aburridos.¿Y tú quien eres?

+Tu conciencia.

- Pues yo no quiero tenerte, siempre haces que me coma la cabeza por nada.

+ ¿Por nada? Pero si estás embobada pensando en él.

- Mentira, casi ni le conozco.

+ ¿Te recuerdo cómo le mirabas?

- Que te calles...

+ Luego te quejas de que siempre se repita la misma historia, pero no haces nada por cambiarlo.

- Dí lo que quieras, paso de escucharte.

+ Claro, claro. Convéncete a tí misma. Sabes lo que va a pasar, lo sabes. Sabes que es como el resto, sabes que ni le conoces y estás atontada pensando en él.

- No tienes pruebas de ello.

+ Cariño, vivo en tu cabeza.

- Eh, que te mueras.

+ ¿Acaso crees que le volverás a ver pronto?

- ¿Y por qué no?

+ Porque sois diferentes.

- Olvídame, en serio.

+ Sí, vale. Si prefieres vivir en tu mundo no te lo voy a impedir. Pero luego no me vengas con tonterias.

- Te equivocas...

+ Vale, de ilusión también se vive, tú sabrás lo que haces.

- Realmente no lo sé, pero tampoco es algo que me importe. De momento soy feliz así.

+ A veces llego a sentir vergüenza de ser tu conciencia. Mira que eres simple...

- ¡Que te calles!

Una lágrima tras otra, una sonrisa tras otra más falsa.

Entonces llegas tú y te dejas caer temeroso e inconsciente sobre mis piernas. Tiemblan. ¿Te das cuenta?

Tiemblan porque estas cerca de aquello a la vez lejos. El frío entra y empiezo a temblar aún mas sin saber el porqué. Quizás simplemente sea yo o quizás no sea el momento… pero aprendí a vivir sin aire, sin aliento, sin amor junto a una soledad abundante e irrelevante. Tumbado allí tu corazón parado no deja oír esos latidos.

¿Por qué no te alejas de mí? No quiero perder nada dejando todo por ti. No te dejaré respirar este aire que tanto llega a sofocarme cada vez que siento tu presencia. ¿No te das cuenta que no hay vida si estas tú?.